enero 31, 2010

II DOMINGO ORDINARIO CICLO: C COLOR:VERDE JN 2, 1-11

En el evangelio de este domingo Jesús se revela y revela su misterio por primera vez en una fiesta de bodas, ante los convidados y especialmente ante el esposo. Se revela con un signo totalmente discreto. Otra vez el agua juega un papel como en el bautismo del Jordán. Allá los penitentes buscaron lavarse de sus pecados. Y Jesús, a pesar de no tener ningún pecado, cargó con todos los pecados del mundo, para alcanzarnos el bautismo por el Espíritu Santo, que nos convierte en hijos de Dios.
En la época de Jesús la boda era el festejo más importante y expresión máxima de la alegría y del amor. Por eso Jesús toma la imagen de las bodas, del novio y de la novia, para expresar con esta imagen la grandeza de la Buena Nueva; Jesús, el Hijo del Padre, viene como novio. Y los discípulos, en primer lugar María, no solamente participan como invitados en una fiesta de bodas, sino que son, también,  la novia amada por él y llevada a la unión del matrimonio. También nosotros pertenecemos a esta novia que es la Santa Iglesia.

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